• Lava el rostro con abundante agua templada y deja la piel húmeda.
Siempre debes emplear el cepillo sobre la piel húmeda, nunca seca.
• Aplica en el rostro tu gel o limpiador facial habitual, preferiblemente face produzcan espuma para sacarle un mayor partido al limpiador
• Con movimientos circulares, empieza a pasarlo por la piel para distribuir el gel, incidiendo durante 1-2 minutos en las zonas que tienden a acumular más suciedad y grasa.
• Después de pasar el cepillo limpiador, lava la piel con agua templada, seca con suaves toques y aplica una crema hidratante, serum y/o crema.
• Antes de que te vayas a dormir, limpia el cepillo para evitar que se queden restos de suciedad.
• Su uso puede ser diario, aunque siempre depende del tipo de piel, pero si lo usas por primera vez debe ser de forma paulatina: una o dos veces a la semana, para que el rostro vaya acostumbrándose poco a poco a su forma de trabajar.
COLORES SURTIDOS